lunes, 9 de abril de 2012

Carta Zombie: POLITOXIZOMBIE (por Rodrigo Ratero)


Noto dolor en mi cabeza, justo detrás de mis ojos, un dolor continuo que nunca cesa. Dolor penetrante que sólo se calma cuando como carne humana. No sólo como carne humana para calmar mi dolor. Cuando me mataron y volví a la vida desperté con un continuo ansia, un ansia que te causa sufrimiento extremo y que lo calmo comiendo los despojos de la gente, similar al de el ansia que sentía cuando estaba vivo cuando no tenía drogas, pero más intenso. En cierta manera ya era un zombie cuando estaba vivo, simplemente ha cambiado el producto que me sacia, la necesidad metabólica es similar, solo que el mono no se calma de la misma manera. Al igual que con la heroína el deseo de carne humana se apodera de ti y haces cualquier cosa para conseguirla, da igual que sean amigos, familiares, menores… Jodes a cualquiera para conseguir tu dosis. Ahora me estoy pudriendo y huelo incluso peor que en vida, aunque en vida la degeneración que estaba sufriendo no era muy distinta. Quizá el mayor problema es arrancar la carne a las victimas con tan pocos dientes, sin duda tardo más que la media.
No se si por costumbre, por parecer fingir seguir vivo o por falta de esperanza sigo vagando por donde vagaba cuando aún vivía, por este maldito poblado, sigue estando lleno de zombies como antes de que el mundo cambiara. Ya no se ve continuos coches yendo y viviendo, ni gitanos, ni policías, sólo zombies, aunque alguno parezca gitano y alguno vaya vestido de policía. Al principio de cambiar hacían continuamente incursiones los vivos en las chabolas en busca de droga, pero ya no han vuelto. Un día cogí a uno de ellos, llevaba una bolsa llena, le mordía en la pierna, cayó y el polvo se desparramó por todo el suelo, después mordí su cuello, una huella de bota llena de sangre cubrió el jaco, tiré de sus tendones con fuerza hasta arrancarlos y seguí devorando con ansia todo su cuerpo sin si quiera molestarme por la droga. No estoy seguro de ello pero creo que comer la carne de un adicto a las drogas, de alguna forma me calma bastante más que comer la de alguien normal, sano, aunque puede que sea lo que me dijo el médico de aquel centro, es tan sólo una obsesión producida por un consumo prolongado y desmedido.
Ahora recuerdo vagamente cuando, mí hermano o mis padres me decían que esa mierda me mataría… Yo creo que llevar esa vida me sirvió de entrenamiento para la no-vida que vivo ahora, seguramente lo lleve mejor que cualquier otro ciudadano medio, en el país de los ciegos el tuerto es el rey.
Ahora que ya estoy muerto a veces me pregunto que habrá después de la muerte cuando ya estás muerto. ¿Y después de la muerte de esa muerte?
Veo llegar una furgoneta cargada de material, hacía semanas que no veía a nadie vivo… Voy a pillar algo…


Podéis leer más de Rodrigo Ratero en su blog: http://www.kazikes.es

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