sábado, 31 de marzo de 2012

Carta Zombie II


Hoy la he vuelto a ver, ella no se ha dado cuenta, yo estaba devorando medio perro frío en la esquina y ella estaba probándose ropa, atrincherada en unos grandes almacenes. La diferencia de que yo sea un zombie y ella una chica humana no me importa, podría acostumbrarme.
Ella estaba probándose la ropa de unos maniquís en una conocida franquicia mundial creada por un hombre gallego, que por cierto, según me contaron los que acabaron con él, su masa encefálica no era nada jugosa: falta de originalidad y muy insípida.
Tras haberse probado todo lo que pudo y sin pasar por caja, subió a la azotea de la tienda con su escopeta de caza. Su forma de asomarse y mirar por la mirilla telescópica es casi poética, ojala me vea. No tuve esa suerte, un cabrón gordo vestido de uniforme de policía y sin mandíbula inferior fue el afortunado y recibió un balazo suyo. Maldito hijo de perra suertudo. La sangre me salpico y me llenó de celos, sólo por joder me comí sus retinas, soy así.
Le escribí una nota de amor pero desconozco si llegó a sus manos, los restos de sangre y mucosidad varia entorpecen su lectura, además el hecho de haberla escrito sobre la espalada de uno de sus mejores amigos me hacen dudar de que la haya leído. Decía algo así:
-Hola soy el chico de uniforme de cajero de supermercado que ronda por el aparcamiento. No sé si me conoces, yo a ti sí. Sé que te gusta la ropa y comida enlatada. En eso no nos parecemos, yo prefiero la comida fresca. He de confesarte que estoy enamorado de ti, mi medio corazón convulsiona más fuertemente cuando te ve. Quiero quedar contigo, podemos ser muy felices, no sé si querrás salir, aunque sé, por la falta de agua, que dentro de poco tendrás que hacerlo y estaré en la puerta para conocerte. No te asustes, por mi aspecto o por si intento darte placer oral en forma de dentelladas, es mi forma de ser, siempre he sido algo impulsivo en la primera cita.


jueves, 29 de marzo de 2012

(Lugares Increibles part II) Santorini, Capadocia y Venecia


Santorini: Este pequeño pueblo te trasporta a tiempos en los que la vida dependía de lo que atrapará tu red, y también recuerda un escenario más mundano, los anuncios de yogures. Es un pequeño pueblo anclado en lo alto de una cala monstruosa, en una humilde isla griega. Las formaciones rocosas de estos archipiélagos demuestran como en una escabrosa costa similar, los 300 valientes espartanos consiguieron retener a todo un ejército, en la afamada batalla de las Termopilas, plasmada épicamente en la película 300. De Grecia claramente me declino por sus ínsulas, recomiendo realizar crucero o circuito por ellas si quieres conocer el país y la cultura mediterránea cien por cien. A Santorini solo hay dos medios de subir, en mula o en teleférico, recomiendo encarecidamente la mula mucho más divertida, con carrera con tus similares. Bajar ya pasada la aventura equina, la comodidad del teleférico. El pueblo no deja de ser un pueblo-turístico, es decir un gran complejo para vender suvenir. Pero perderse por sus calles silenciosas, donde la gente vive no vende, es una gran experiencia recompensada además con unas vistas impresionantes labradas en azul y blanco.




Capadocia: Película de aventura, época antigua, desierto, surrealismo, estos conceptos describen un paisaje extraño y ciertamente apasionante. Recomiendo que en el viaje a Turquía se visite esta zona, se trata de ciudades enteras labradas y excavadas en la tierra con enormes chimeneas naturales realizan un skyline único en el mundo. Perderse por la parte superior de lo que podría llamarse “calles”, es increíble parece que en su día lo edificara el mismo Gaudí. Insto a meterse en sus galerías, siempre acompañado de un guía, ya que se adentran en laberinto de unos 50 metros bajo tierra, y constan ya muertes de “valientes” turistas. Porque lo curioso de estas galerías que se excavaron para defenderse de ataques bélicos y están plagadas de trampas, precipicios y huecos por donde colar un sable y rebanarte la pierna o la cabeza. Pensar en Indiana Jones y os acercareis a esta experiencia. Sí que es verdad que no es el único lugar del mundo excavado en la tierra, Túnez, también tiene pueblos similares, pero la Capadocia es en tamaño y espectacularidad la joya de la corona de los reinos enterrados.




Venecia: El viaje a Italia pasa inevitablemente por este mundo surrealista y barroco. No me centraré en su aspecto romántico, poético, que indudablemente tiene. Venecia es un mundo paralelo sobre aguas, un laberinto de calles en las que parece que te vas a encontrar con un enmascarado. De hecho, las noches son un tanto siniestras por sus canales, un buen escenario para una película de terror histórica. Se mezcla la belleza inquietante y recargada con la tranquilidad en la que, por la falta de tráfico rodado, se vuelven a oír tus pensamientos y las campanas de las iglesias. Esto es común en pueblos pero no en ciudades de este calibre inimaginable. Sin duda el plato fuerte tras andar por callejuelas y canales es encontrarse con la impresionante plaza de San Marcos, en mi opinión una de las plazas más impresionantes del mundo. La desventaja, la masificación turística, somos una plaga.





viernes, 23 de marzo de 2012

Carta Zombie


Ser un zombie no es nada divertido. Yo también tuve una vida, trabajaba de cajero, tenía una novia, un cumpleaños y una lavadora igual que tú. La maldita epidemia nos cambió a todos, ahora sólo vivo para andar lentamente dejando rastros de fluidos y vísceras tras de mí. Sólo me guío por el instinto de alimentarme y sobrevivir día a día. No tengo metas, no tengo sueños, no tengo afán de llenar mi pútrido cerebro, sólo camino y miro, a veces gimo. 
La verdad es que mi vida no ha cambiado demasiado y se parece un poco a la vuestra. La diferencia reside en que si veo personas corriendo me entran ganas de matarlos y abrirles las costillas reventando sus cuerpos, aunque antes de la infección también lo pensaba.
La vida no es tan difícil, ahora ya no me preocupo por mi aspecto, donde antes me afeitaba ahora sólo hay carne sanguinolenta, mis ojeras han desaparecido, ahora sólo hay cuencas, y la barriga cervecera contra la que tanto luché se ha convertido en un divertido y tintineante muestrario de intestinos. 
Los vivos dais por hecho que sois mejores que nosotros y os creéis con el  derecho divino a ser los únicos elegidos para vivir en esta tierra, un planeta, al que antes contaminasteis, destruisteis a base de cemento, y en el que exterminasteis mucho más que nosotros, tanto a especies distintas como a la vuestra. ¿De verdad sois los elegidos? ¿Os creéis con derecho a la supervivencia eterna? ¿Os lo habéis ganado?
Si vosotros acabáis con nosotros, este planeta acabará desapareciendo y convirtiéndose en una caricatura degradada de lo que en su origen fue, como nos sucede a nosotros; En cambio, si nosotros ganamos, la Tierra volverá a ser una selva viva, aunque peligrosa.
Ahí lo dejo, mientras tanto seguid escapando y escondeos en centros comerciales y casas abandonadas, recordad volarle la cabeza a los mordidos, aunque sean familiares y amigos no querréis que se conviertan en “distintos” a vosotros. Aunque lo cierto es que siempre mandáis a vuestros iguales, pero con piel oscura, a investigar los sótanos lúgubres, son un buen entrante.

PD: No os penséis que no os vemos recluidos como idiotas en esas casas, lo que pasa es que tenemos mejores cosas que hacer antes de comer.